¿Alguien te ha dicho eso alguna vez? A mi sí. Y antes me enojaba mucho cuando una persona me decía eso, me parecía tan irrespetuoso y atrevido.
Pero luego me puse a pensar y dije: sí, esa persona tiene razón al pensar así pero solo porque no ha experimentar lo que es Cristo viviendo dentro de él. Esa persona no conoce el amor perfecto, el amor que nunca falla, el amor que te cambia la vida, que te apasiona, el amor que te hace entregar todo tu ser. El amor de Cristo.
Y entonces dejé de sentir rabia contra esas personas que decían que mi vida cristiana es un desperdicio, que mi Dios es imaginario, que todo es un cuento. Comencé a sentir compasión por esas personas, porque una vida sin Cristo es una vida banal, vacía, solitaria, llena de amores falsos que intentar llenar el campo de Dios. Comencé a sentir amor por esas personas. Y mi amor por Crisuo se incrementó.
Comencé a leer más la palabra y me encontré algunas cosas hermosas que quiero compartir con ustedes:
1. Mi vida con Cristo no es vano.
Claro está que como cristianos comprometidos con Dios enfrentamos burlas, rechazos, abandono de algunas personas, etc. Pero todo esto no es en vano, porque Dios tiene grandes cosas para nosotros.
¿Tantas cosas han padecido en vano? ¡Si es que realmente fue en vano! Aquel que les suministra el Espíritu y hace maravillas entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? Así Abrahán creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Gálatas 3:4-6
2.Dios tiene recompensas para nosotros.
Dejemos de pensar que son recompensas aquí en la tierra. Dejemos de estar diciendo que si damos ya entonces Dios dentro de unos días nos va a triplicar. Dios recompensa nuestra entrega de forma espiritual, con premios cuando lleguemos al cielo.
Gócense y alégrense, porque en los cielos ya tienen ustedes un gran galardón; pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes. San Mateo 5:12
¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus acciones. Apocalipsis 22:12
3.Dios todo lo ve.
El Señor ve todo, lo que se hace en privado y lo que se hace en público. No importa si otros ven o agradecen o valoran lo que hacemos por Cristo, lo importante es hacerlo para Dios porque Él sabe la intención de nuestro corazón
Y Dios, que conoce los corazones, los confirmó y les dio el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Hechos 15:8
Entonces, en lugar de enojarnos, de llenarnos de rabia por los comentarios de otras personas; llenémonos de amor, de compasión, ya sabemos que nuestra entrega vale y no solo vale sino que también tiene recompensa que nos la dará nuestro propio Dios.
Gocémonos y alegrémonos porque Jesús ve tu corazón y la intención que hay en él, y el mismo Señor nos bendecirá.
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