Cuando una persona conoce al Señor, acepta a Jesús en su corazón y es transformado por Cristo, esa persona tiene el deseo ferviente de agradar a su Salvador, a su Señor. Incluso cuando una persona ya lleva tiempo en los caminos de Dios tiene siempre ese deseo de cada día mejorar su relación con el Señor Jesús.
Pero ¿qué dice la Biblia de esto? ¿Debemos seguir haciendo las cosas que hacíamos antes sólo porque ya creemos en Jesús y tenemos seguridad de ir al cielo al morir? ¿no sería mejor dejarnos transformar con el poder de Dios y ser ejemplo a otros?
En este pasaje de la Biblia, Pablo le dice a los hermanos en Cristo que ahora que nosotros tenemos a Jesús en nuestro corazones debemos dejar de andar como andan los que aún no conocen a Dios. No dice que le odiemos, lo que nos dice que no hagamos lo mismo que ellos. Debemos dejar de pensar en cosas vanas, no nos ofusquemos por cosas superficiales, pensemos en lo espiritual.
Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía. Efesios 4:17
Pablo nos dice que Cristo nos dejó un buen ejemplo, el mejor. Si nosotros de verdad creemos en Jesucristo debemos imitarle, debemos creer en sus enseñanzas y ponerlas en práctica. La Biblia está repleta de palabras y enseñanzas hermosas pero no basta con leerlas y estudiarlas, debemos aplicarlas a nuestras vidas.
Pero eso no lo aprendieron ustedes de Cristo, si es que en verdad oyeron su mensaje y fueron enseñados por él, de acuerdo con la verdad que está en Jesús. Efesios 4:20-21
Y por último Pablo da una recomendación, o en realidad Pablo da una orden a los cristianos: Dejen al viejo "yo" y sean nuevos en el Señor. Esto quiere decir que de una vez por todas dejemos atrás nuestro pasado, nuestros pecados pasados, nuestras costumbres malas, todo aquellos que hacíamos y no nos edificaba ni nos acercaba a Dios, debemos dejarlo y comenzar a vivir como lo que somos: nuevos hijos de Dios, debemos procurar justicia y santidad, esto no quiere decir que tenemos que andarnos comparando con otras personas, o creernos con derecho a juzgarlas si lo que hacen está bien o mal..debemos fijarnos en nuestras vidas, en nuestros corazones. Debemos entregarnos a Dios, de cuerpo, alma y corazón. Somos nuevos en Cristo. Cada día tenemos una nueva oportunidad de agradar a Dios. Busquemos el camino del Señor.
En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; renuévense en el espíritu de su mente, y revístanse de la nueva naturaleza, creada en conformidad con Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24
Así que tengamos ánimo, tengamos pasión por la nueva vida que tenemos en Jesús y compartamos con otros ese pasión, esa transformación que Dios nos ofrece.
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