viernes, 19 de diciembre de 2014

Ayer pequé

Una persona escribió esto una vez:

"Ayer pequé, después de prometerle a Dios que no lo haría más, después de tantos días de resistir ayer caí. ¿Y ahora que hago? Me siento avergonzado de fallarle a Dios, me siento triste de romper una promesa, me siento mal, me siento alejado, todo por un pecado. Mi corazón está dolido por algo que yo mismo hice. Ya estoy cansado de fallarle siempre a Dios. ¿Y qué pasa si hoy prometo no hacerlo más y mañana vuelvo a caer? Yo acepté a Jesús en mi corazón pero siento que lo único que hago es fallarle. ¿Y ahora que hago?"


Respuesta: 

1.ORA. 
Recuerda que no eres el único, todos pecamos, todos le fallamos a Dios porque todos somos humanos. Cada persona tiene su debilidad, para ti puede ser la mentira, para otro la envidia, para otro el adulterio, para otro el resentimiento. Todos pecamos, pero Dios nos persona. Pero Dios nos AMA tanto que basta con pedir perdón para que el olvide nuestro pecado, perdón de corazón, no perdón por miedo o por remordimiento, es un perdón sincero, que quiere hacer las cosas diferentes, que busca pureza y santidad. 

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9 

2.LEE
Lee la palabra, métete de lleno en la Biblia. ¿Cómo vas a saber las hermosas promesas y enseñanzas, los mensajes que Dios quiere darte sin leer la Biblia? 
Dios te habla directamente a través de su Palabra. Úsala, úsala para aprender, practicarla, para enseñarla a otros. Lee y Usa la palabra de tu Salvador, su palabra nos perfecciona, nos prepara para seguir adelante.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17

3.CONSÁGRATE
Para consagrarte al Señor basta con tener un corazón dispuesto a cumplir su voluntad, a veces caeremos, a veces fallaremos pero Dios es misericordioso y nos perdona, nos prepara para enfrentar lo mal que vendrá a nuestra vida. El Señor nos deja presentarnos ante Él, y quiere que lo hagamos sin vergüenza., con diligencia, es decir, con amor, respeto, prontitud y disposición para cumplir su palabra. 

Procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15

Entonces, si Dios mismo te perdona, te alienta, te ama, te motiva y te espera con brazos abiertos, ¿porque no puedes perdonarte a ti mismo? El Señor te purifica, siéntete limpio porque Dios te lava nada mas y nada menos que con la sangre de Jesús. Deja tu angustia a un lado y retoma tu relación con el Señor. Él te está esperando.

Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.1 Juan 1:7

Si deseas recibir información, conserjería o simplemente escribirnos, puedes hacerlo al correo ministeriocolumnabautista@gmail.com Para nosotros es un gusto recibir sus comentarios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario