Me llama la atención cuando alguien dice que quiere ser como uno de los reyes de Isreael, el rey David. ¿Como era David? Él fue un asesino, mentiroso, adúltero y muchas cosas más. ¿De verdad quieres ser así? Yo no.
Yo no quiero ser como David. Yo quiero tener un corazón como David.
A pesar de sus muchos errores, pecados y fallas, David tenía un corazón conforme al corazón de Dios. ¿Qué significa esto? Que en su corazón estaba el anhelo de agradar al Señor. Cuando David se arrepentía lo hacía de todo corazón, no por remordimiento sino por un sincero deseo de mejorar su relación con Dios.
David dijo: ¡Devuélveme el gozo de tu salvación! ¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte! Salmos 51:12
David sabía que aunque pecara no iba a peder su salvación pero si perdía su gozo, su felicidad. Él le pedía a Dios que lo ayuda a obedecerle. Era un petición sincera.
David era una persona como ud y como yo, cometía errores, pecaba, dormía, comía, se enamoraba, se ponía triste, etc. Por eso no quiero ser como él, lo que quiero es tener un corazón como él. Un corazón que se arrepienta de forma sincera, que me pida a Dios un espíritu de obediencia.
¿Tienes un espíritu de obediencia? Si David con todos sus errores se lo pidió al Señor, tu también puedes pedírselo. Todos podemos tener un corazón conforme a Dios si nos arepentimos de forma sincera y buscamos agradarle de corazón.
Levántate cada día y entrega tu vida y tu corazón al Señor. Pide por un espíritu de obediencia.
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