¿Qué es? Es una transformación que sucede en el creyente una vez que cree en Jesús y es sellado por el Espíritu Santo. Dentro del creyente nace un fruto, una fruto que se divide en varias partes pero es UN solo fruto.
El fruto se divide en
1.Amor: a todos. No solo a nuestras familias y amigos, sino también a los desconocidos, a los enemigos, a cualquier persona. Amor por sus almas para predicarles de Jesús.
2.Gozo: es sentir una felicidad verdadera a pesar de las circunstancias, no solo cuando todo esta bien sino cuando llegan las pruebas y nos sentimos tristes, podemos cambiar esa tristeza por el gozo del Señor.
3.Paz: las buenas relaciones deben ser una característica del creyente. No andar peleando por cualquier tontera sino tener paz en nuestros corazones y reflejar esa pa a otras personas para que vean quien vive en nosotros.
4.Paciencia: momentos difíciles los tenemos todos, personas difíciles hay en todo lugar, pero debemos tener paciencia cuando tratamos con ellos y no desesperarse, la paciencia es la confianza en Dios de que todo va a salir según su voluntad si se lo permitimos.
5.Benignidad: debemos ser afables. Nuestro carácter debe ser dulce, no me refiero a andar abrazando a todo el mundo sino a ser educados, atentos con las necesidades de otros y estar dispuestos a ayudar a otras personas sin que nos lo exijan sino hacerlo de corazón.
6.Bondad: la generosidad debe una buena característica del creyente, esto no significa regalar todo lo que tenemos y quedarnos sin nada, pasar hambres y dolores, no. Significar dar lo que está en nuestro corazón a aquellas personas que lo necesitan. Es una ayuda sincera.
7.Fe: ya tenemos la fe de creer en Jesús como Salvador y Señor pero también debemos tener fe en sus planes y en lo que Él está haciendo en nuestras vidas.
8.Mansedumbre: es nuestra forma de reaccionar, debemos tener docilidad cuando nos piden algo, suavidad a la hora de contestar ya sea para agradecer o para defendernos. Es importante saber que aunque tengamos la razón o sepamos muchas cosas debemos tener un corazón manso.
9.Templanza: lo podemos resumir como moderación. Es decir, la templada es lo contrario a esas ganas exageradas de querer hacer todo ya, de querer tener todo y ser la personas más importante en el planeta. La templanza es moderar los deseos y placeres de nuestra vidas, es dejar de vivir solo por lograr cosas materiales y superficiales y verlas como algo más de la vida. La templanza es la moderación.
Ahora que conoces el fruto del Espíritu Santo ¿que esperamos para mostrarlo al mundo? Déjate guiar por el Espíritu y el usará todas estas virtudes en tu vida.
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