La respuesta es muy simple: porque tenemos un propósito y ese propósito es servir a Dios.
Todos tenemos un propósito, debemos ser útiles para el Señor, dejarnos usar por Él.
Muchas veces decimos: "me gustaría hacer tal cosa" "me gustaría servir a Dios algún día" pero eso está MAL. No debemos quedarnos en un me gustaría, debemos actuar. Debemos decir: "voy a hacer algo" "voy a servir al Señor desde ya"
Todo lo que hagas para el Señor, Él te lo va a recompensar con bendiciones espirituales y galardones en el cielo.
Te dejamos tres pasos para poder cumplir la voluntad de Dios en tu vida:
1. Identificar la Voluntad
Es importa reconocer e identificar qué es lo que Dios tiene para mi. Muchas veces vamos a la iglesia y cuando escuchamos la predicación pensamos: "esó lo dijeron para aquella persona que está en pecado, no para mí" y repartimos el sermón en todas las personas menos en nosotros y eso no está bien. El Señor nos habla a cada uno individualmente. Así que escucha su voz. El Señor nos mostrará su voluntad.
Porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse. San Lucas 12:2
2. Confrontar la Voluntad
Cuando sabemos bien cual es la voluntad de Dios para nuestras vidas debemos ver qué es lo que estoy haciendo con mi vida. ¿Estoy haciendo la voluntad de Dios? Muchas veces debemos dejar de hacer cosas a las que estamos acostumbrados para poder cumplir la voluntad de Dios y confiar en Él. Las personas viven por vista, nosotros los hijos de Dios vivimos por fe. El mismo Jesús prefirió hacer la voluntad de Dios.
Y decía: «Padre, si quieres, haz que pase de mí esta copa; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.» San Lucas 22:42
3. Cuando la Voluntad de Dios gana
Cuando vemos que Dios influye en nuestra vida y nos muestra un camino debemos seguirlo, no debemos ir en contra, la voluntad de Dios gana en nuestras vidas y debemos obedecer al Señor. Las personas se alejan de Dios pensando que no hay problema pero luego pierden bendiciones que Dios tiene para sus vidas. Hay personas que dicen que van a servir a Dios pero nunca lo hacen, hay otras que no dicen nada pero luego van y sirven. El Señor prefiere a los que sí actúa en lugar de los que solo hablan.
Jesús les preguntó: «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos, y se acercó al primero y le pidió: “Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.” El primero le respondió: “No quiero”; pero después se arrepintió y fue. Luego, se acercó al otro hijo, y le pidió lo mismo. Éste le respondió: “Sí, señor, ya voy”; pero no fue. ¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad de su padre?» Ellos respondieron: «El primero». Entonces Jesús les dijo: «De cierto les digo, que los cobradores de impuestos y las rameras les llevan la delantera hacia el reino de Dios. San Mateo 21:28-31
Entonces, ¿qué esperas para servir a Dios? La decisión es tuya. La bendición la tiene Dios especialmente para ti. Escucha su voz.
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