El primero de una serie de 5 estudios sobre cómo obtener la Victoria en diferentes situaciones de la vida.
Primero queremos contarte la diferencia entre “miedo” y
“temor a Dios”. Miedo es una sensación intensa y desagradable que nos hace
sentir en peligro y desprotegidos. Temor a Dios es el respeto y la
reverencia que queremos ofrecerle al Señor.
¿Dónde se originó el miedo?
Cuando el primer hombre, Adán, pecó por primera vez, tuvo
miedo porque sabía que había hecho algo mal. (Génesis 3:8-10 “tuve miedo…y me
escondí”)
En la vida todos tenemos temores que nos hacen tomar
decisiones incorrectas o nos hacen dejar de hacer cosas por “miedo” a
equivocarnos, lastimarnos, lastimar a otros o simplemente por miedo a lo desconocido.
¿Cuántas veces te has arrepentido de no haber hecho algo por
miedo a que te hubieras equivocado?
En la biblia se mencionan casos de hombres y mujeres que
dejaron el temor a un lado y tuvieron resultados positivos. Por ejemplo:
1.
Daniel no tuvo miedo de que prohibieran adorar a
Dios y aún así lo adoró porque él amó a Dios. (Daniel 6)
2.
Esteban no tuvo miedo de ser apedreado hasta
morir por hablar del Señor porque amó a Dios (Hechos 9)
3.
Pablo dejó de perseguir cristianos y se
convirtió un fiel seguidor y defensor del evangelio porque amó a Dios. (Hechos 10)
4.
Ester no tuvo miedo de interceder por el pueblo y oró y ayunó porque amó a Dios (Ester 4)
Y existen muchos ejemplos más de hombres y mujeres que
obtuvieron la victoria sobre el miedo.
¿A qué le temés? ¿A estar solo o sola? ¿A las deudas? ¿A las
burlas? ¿Al qué dirán? ¿A una persona?
Dios espera que nosotros venzamos el temor. Él nos acompaña
siempre. Pidámosle con fe que nos guíe en nuestras decisiones. ¿Qué nos hace
diferentes de las personas mencionadas en la biblia? ¿Crees en Dios? ¿Es el
Señor tu Salvador y Protector? Si la respuesta es sí, entonces confía en Él y
vence el miedo. Si la respuesta es no:
debés saber que el Señor Jesús te da la fortaleza espiritual para vencer todos
tus temores y podás vivir un vida plena confiando en Él y sus promesas.
Debemos alimentar nuestra relación con Dios, escuchar su voz
y leer su palabra. Leer, estudiar, meditar en la biblia. No basta con leer,
debemos poner atención a su palabra, practicarla, compartirla con otros y todo nos saldrá bien.
Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. 1 Juan 4:18
Dios ES amor. Y su amor nos ayuda a no temer más. Sé una persona fuerte,
valiente, segura, confiada. Dios está con vos.
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