viernes, 28 de noviembre de 2014

Ocho verdades del socorro de Dios

Cuando estás angustiado, cuando estás en un problema o prueba, cuando necesitás fortaleza y socorro, ese auxilio viene de Jehová. Así es, cuando somos hijos de Dios, nuestra fe está puesta en Él.

Pensá en esto: Jehová Dios, el creador de TODO lo que nos rodea, el todopoderoso, perfecto y SANTO ser, viene a ayudarnos, a nosotros, SUS HIJOS.

¿Querés saber ocho verdades del socorro de Dios?

1. No me dejará resbalar: es decir, no va a permitir que caigamos, cuando nuestras vidas están sujetas a Él.

2. Dios me cuida 24 horas al día: Él Señor no duerme, el vela por nosotros a toda hora, nos cuida y no se olvida de nosotros.

3. Su sombra está a mi lado: podemos sentir su presencia en nuestras vidas a cada instante, eso se llama paz, la presencia del Señor nos da la paz que necesitamos para seguir adelante.

4. Me guardará de todo mal: Él sana nuestras heridas, en ocaciones son heridas físicas pero también tenemos heridas en nuestro corazón, en nuestra alma y solo Dios puede curarlas.

5. Guardará mi alma: cuando vivimos en comunión con el Señor, Él cuida nuestra alma, Él cuida nuestro espíritu porque ahora le pertenecemos. SOMOS SUYOS.

6. Guardará mi entrada y mi salida: Cada día que salimos de casa en la mañana y regresamos en la noche, es un día más que Dios está cuidándonos, muchas veces no nos damos cuenta de todo lo que Dios nos protegió: accidentes, asaltos, asesinatos, pasamos de lado porque vamos en el camino de Dios.

7. Estará conmigo siempre: Dios no es inconstante, una vez que le permitimos entrar en nuestra vida se quedará ahí para siempre, cuando estés en un momento feliz ahí está Dios con vos, cuando estés en un momento triste, ahí está Dios. Habla con Él porque Él está ahí para vos.

8. Él sabe cómo sanar mis heridas: Dios no sólo cura heridas, sino que lo hace de la mejor forma, aquella que nos avivará, no es una herida que al tiempo volverá a abrirse, Dios sabe cómo curarla para que sea una cura perfecta.

Esto no es una mentira, está todo en la palabra de Dios:

Elevo mis ojos a los montes;
¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
El Señor no dejará que resbales;
el que te cuida jamás duerme.
Toma en cuenta que nunca duerme
el protector de Israel.
El Señor es tu protector;
el Señor es como tu sombra:
¡siempre está a tu mano derecha!
Ni el sol te fatigará de día,
ni la luna te agobiará en la noche.
El Señor te librará de todo mal;
el Señor protegerá tu vida.
El Señor te estará vigilando
cuando salgas y cuando regreses,
desde ahora y hasta siempre. 
Salmo 121

¿Qué esperás para confiar en el socorro del Señor? DIOS ESTÁ CON VOS. Lado a lado, paso a paso, Dios está con vos.

Si deseás recibir información, consejería o simplemente escribirnos, podés hacerlo al correo ministeriocolumnabautista@gmail.com Para nosotros es un gusto recibir sus comentarios.  
 

jueves, 27 de noviembre de 2014

Tres Clases de Vida

En este estudio queremos motivarte a seguir adelante en los caminos de Dios. Y si aún no conocés a Dios, queremos que sepás que Dios te ofrece vida eterna, amor puro y santidad.

Hemos resumido la vida de toda persona en tres grupos, esto con el fin de entender mejor nuestra situación como creyentes o no creyentes, todos vivimos en alguno de los tres tipos de vida. 

¿En cuál vivís vos?

1. Bajo la misericordia de Dios.

Es vivir guiando nuestra vida como queremos, es decir, hacer lo que nos da la gana sin importar nada, una vida sin Cristo pero aún así vivimos bajo su misericordia porque cada día nos da una nueva oportunidad de arrepentirnos y entregarnos a Él...todos hemos vivido en este tipo de vida antes de conocer a Dios, no importa si somos "buenos" o "malos" hemos vivido bajo su misericordia, la Biblia dice que Dios hace llover o hace salir el sol sobre buenos y malos.


Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen, para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Mateo 5:44-45

2. Bajo la bendición de Dios

Cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón comenzamos a vivir bajo la bendición de Dios, estamos seguros en su mano Poderosa, tenemos salvación y protección, vemos sus bendiciones en nuestra vida, su fortaleza en nuestro corazón. Comenzamos a ver que Dios tiene un propósito para nuestras vidas y debemos tomar la decisión de cumplirlo, comenzamos a ver las cosas de forma espiritual.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. Efesios 1:3

3. Bajo la voluntad de Dios

Es cuando tomamos la decisión de cumplir ese propósito que Dios tiene para nosotros. Le dedicamos tiempo al Señor, a su obra, a hablarle a otros de Cristo, dejamos de seguir al mundo y empezamos a poner por encima de todo nuestra relación con Él. Anhelamos vivir para Cristo, cumplir su voluntad en nuestras vidas, el mundo es pasado, Cristo es nuestro presente y nuestro futuro.

No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  Porque todo lo que hay en el mundo, es decir, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Juan 2:15-17

Así que, ¿en cuál tipo de vida vivís en este momento? ¿En cuál querés vivir? 

El Señor nos llama a que le abramos nuestro corazón y nos entreguemos a Él, vivamos bajo su voluntad y compartamos con otros ese amor y ese cambio que Dios hizo en nuestras vidas. Cada día podemos mejorar nuestra relación con Él, acercarnos más, confiar más. No escuchés las mentiras del mundo, Dios quiere lo mejor para tu vida. Una vida entregada a Cristo.

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Obteniendo la Victoria en la adoración y alabanza

¿Te pasado que algunas veces estás adorando a Dios y de pronto te das cuenta que estás pensando en tus hijos, en tu trabajo, en cualquier cosa menos en lo que estabas haciendo para Dios?

La distracción es un arma muy común que usa Satanás para evitar que nosotros nos acerquemos más al Señor. Cuando le dedicamos tiempo a Dios, ya sea en nuestros devocionales diarios, familiares o en cuando vamos al templo, en oración, debemos concentrarnos y no permitir que Satanás desvíe nuestros pensamientos de lo que estamos haciendo.

Aún en esta situación, que tal vez parezca simple pero para muchos no lo es, Dios nos permite tener la victoria. Por eso:

1. Es importante saber lo que vamos a adorar y saber cómo hacerlo. Esto quiere decir que a quién debemos adorar es a Dios, no a una imagen, no a un pastor, no a un grupo de personas...a Dios, y debemos hacerlo de corazón, en espíritu y en verdad.

Jesús le dijo: «Créeme, mujer, que viene la hora cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. Ustedes adoran lo que no saben; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores. Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad. Juan 4: 21-24

2. Ser verdaderos adoradores y no hacer un "teatro". Es decir, adorar no significa andar saltando por todo lado, andar gritando o haciendo un escándalo sólo para decir que Dios es poderoso, adorar significa decirle a Dios lo que nuestro corazón siente, lo que nuestro espíritu anhela. Es una cuestión personal, con respeto, con gozo y reverencia.

Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores. Juan 4:23

3. Dios busca esos adoradores. Al Señor le gusta cuando sus hijos le adoran, Él no se fija en el físico de la persona que lo está adorando, ni cuanto dinero lleva, el Señor se fija en su corazón, en su actitud de adoración, a esas personas que adorar con amor y actitud correcta Dios los busca.

Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores. Juan 4:23

4. Es necesario adorar a Dios. Los ángeles adoran a Dios, nosotros también debemos hacerlo. La Biblia dice que Él es Digno de recibir esa alabanza. El Señor no sólo merece esa adoración sino que la alabanza y adoración SON de Él.

Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad. Juan 4:24 
A grandes voces decían:«Digno es el Cordero inmoladode recibir el poder y las riquezas,la sabiduría y la fortaleza,la honra, la gloria y la alabanza.» Entonces oí que todo lo creado en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, y todo lo que hay en ellos, decían:«Al que está sentado en el trono,y al Cordero,sean dadas la alabanza, la honra,la gloria y el poder,por los siglos de los siglos.»Los cuatro seres vivientes decían: «Amén.» Y los veinticuatro ancianos se inclinaron y adoraron. Apocalipsis 5:12-14

¿Te distraés cuando adorás? No sólo te pasa a vos, nos pasa a cualquiera, pero todos podemos vencer esas distracciones y adorar en espíritu y en verdad. El Señor es Digno. Adorarle con cantos, con reverencia, con oraciones que salgan del corazón. ¡Adoremos al Rey!

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martes, 25 de noviembre de 2014

Obteniendo la Victoria sobre la debilidad

Muchas veces en nuestra vida hemos tenido debilidades, todos tenemos debilidades. Para algunos es la mentira, el odio, la falta de fe, la falta de amor, robar, orgullo, chisme, irrespeto, codicia, etc.

En la Biblia, todos lo hombres de Dios tenían sus propias debilidades, por ejemplo Pablo, el apóstol, reconocía que era débil. Pero él sabía que con la ayuda del Señor podía vencer esa debilidad y no dejar que lo destruyera.

La debilidad puede destruirnos, entonces ¿Qué podemos hacer para vencerla? ¿Qué nos dice Dios en su palabra? Una vez que reconozcamos cuál o cuáles son nuestras debilidades, podemos entregárselas al Señor para que Él nos ayude.

¿Cómo vencer la debilidad?

1. Debemos confrontar nuestras debilidades con el poder de Cristo. 


Pero Él me ha dicho: «Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí. 2 Corintios 12:9

2. Debemos gozarnos en nuestras debilidades, persecuciones, angustias, porque el Señor se encarga de ellas. 

Por eso, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es mi fuerza. 2 Corintios 12:10

3. Debemos tener una actitud de victoria ante las debilidades. 

¿Acaso no sabes, ni nunca oíste decir, que el Señor es el Dios eterno y que él creó los confines de la tierra? El Señor no desfallece, ni se fatiga con cansancio; ¡no hay quien alcance a comprender su entendimiento!  El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece.  Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen;  pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan. Isaías 40:28-30

Dios nos da la fuerza y la motivación para levantarnos cada día y hacerle frente a nuestras debilidades. Y lo mejor de todo, sí se pueden vencer. El Señor nunca nos permite soportar algo que no podamos vencer. Entonces, si tenemos a Dios de nuestro lado, ¿qué más necesitamos?

Muchas veces buscamos la excusa perfecta para decir que no pudimos resistirnos a alguna tentación o alguna debilidad, pero Dios no acepta estas excusas, Dios acepta que podemos estar arrepentidos de lo que hicimos, pero no acepta excusas. Nuestras debilidades nos hacen más fuertes en el Señor.

¿Cuál es tu debilidad? Entregásela al Señor y verás como esa debilidad se convierte en otra razón para alabar y agradecer el poder de Dios reflejándose en nuestras vidas, pero es tu decisión entregársela. 

Dios nos da la fuerza. Nosotros tomamos la decisión. 

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lunes, 24 de noviembre de 2014

Obteniendo la Victoria sobre el mundo

Dios es el Creador Poderoso, Eterno y Perfecto, es el Rey de reyes. Pero vivimos en un mundo que es gobernado por Satanás, ese ser que desea destruir al mundo, a la creación de Dios, quiere destruir nuestra vida, nuestra familia y nuestra iglesia.


De la Santidad a lo mundano nos separa un hilo muy delgado. Tenemos que vivir en este mundo lleno de pecado pero eso no significa que tenemos que contaminarnos de él.

Dios nos llama a la santidad. A vivir una vida para Cristo, con la mente de Cristo. Debemos amar al mundo, a las personas que en el habitan pero no debemos amar el pecado de esas personas ni el pecado nuestro. Debemos evangelizar ese mundo que aún no conoce a Dios.

¿Cómo vivir separado del mundo? ¿Cómo vivir en santidad en medio de tanto pecado? ¿Cómo ser diferentes? ¿Como Vencer al mundo?

1. Con Fe.
Si somos hijos de Dios necesitamos plena confianza en Dios. Él es nuestro Padre. Él nos da la fortaleza para salir cada día a enfrentar al mundo y poder salir victoriosos. Para los que creemos en Jesús, la victoria es una realidad.

 Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 1 Juan 5:4-5

2. Vivir como si ya estuviéramos allá en el cielo.
Los hijos de Dios sólo necesitamos morir para ir al cielo, entonces vivamos esta vida adorando al Señor, en su presencia. Estamos de paso en esta Tierra, nos espera una ciudad que Dios preparó para nosotros.

Por la fe, todos ellos murieron sin haber recibido lo que se les había prometido, y sólo llegaron a ver esto a lo lejos; pero lo creyeron y lo saludaron, pues reconocieron que eran extranjeros y peregrinos en esta tierra.  Porque los que dicen esto, claramente dan a entender que buscan una patria;  pues si hubieran estado pensando en la patria de donde salieron, tiempo tenían para volver.  Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse su Dios; al contrario, les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:13-16

3. Pongamos la mirada en las cosas de Dios.
¿Para que frustrarse por lo que pasa en este mundo? Veamos los planes de Dios para nosotros, sus promesas. Veamos para arriba y pensemos en las cosas espirituales. Nosotros ahora estamos con Cristo.

Puesto que ustedes ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.  Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra.  Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria. Colosenses 3:1-4

Recordá que Dios quiere que nos levantemos, nos perdonó en la cruz, nos compró y nos limpió. Vivamos una vida digna para Dios.

No es fácil, el mundo nos ofrecerá cosas que parecen lindas, pero son placeres pasajeros. Dios nos ofrece amor y santidad, y lo mejor de todo, es eterno.

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viernes, 21 de noviembre de 2014

Obteniendo la Victoria sobre la duda

¿Algunas vez en tu vida has sentido dudas?

A todos nos ha pasado que estamos a punto de hacer algo, empezar un proyecto, cambiar de trabajo, escoger una profesión e incluso estamos a punto de casarnos y comenzamos a dudar. Comenzamos a cuestionarnos si es la decisión correcta, nos preguntamos que dicen los demás, que dicen las estadísticas y a veces cancelamos nuestros planes porque las dudas siguen creciendo.

Pero ¿qué pasa cuando Dios guía nuestras vidas? 


Cuando tenemos una relación fuerte con el Señor, y no es simplemente ir los domingo al templo, sino cuando diariamente sacamos tiempo pasar dedicárselo a Él, a su palabra, a la oración, no por rutina sino porque nuestro corazón tiene sed de Dios; en este momento de nuestra relación el Señor nos guía.

Si Dios pone en nuestro corazón el deseo de realizar algo, si después de haber pedido dirección estamos seguros de nuestra decisión ¿por qué comenzamos a dudar? ¿por qué no confiamos en el Señor? Dios no es un Dios de estadísticas. Es un Dios de Poder.
En la biblia encontramos un ejemplo de personas que comenzaron a dudar del poder del Señor.

Cuando el pueblo de Israel envió a 12 espías a conocer la tierra que ellos estaban a punto de ir a conquistar, 10 espías volvieron con malas noticias diciendo que no iban a poder con los pobladores de la tierra porque eran muy grandes y fuertes y no confiaron en que Dios ya les había prometido esa tierra.

Sin embargo 2 espías volvieron con buenas noticias, vieron una tierra hermosa, llena de frutos y alimentos y sabían que Dios los iba a ayudar a conquistarla. Todos los que dudaron no pudieron entrar en la tierra prometida, pero los 2 que sí confiaron en el poder de Dios pudieron entrar.

No es un asunto de ver el vaso medio vacío o medio lleno, se trata de ver que el que sostiene el vaso es Dios.

También vemos el caso de Pedro cuando caminó en el agua con Jesús porque confió en Él, pero en el segundo que comenzó a dudar también comenzó a hundirse en el agua.

¿Por qué dudamos? Jesús dice que es por la poca fe.

¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 22:31

Con fe, con esa verdadera fe en el Señor y su poder podemos hacer y lograr cualquier cosa, siempre bajo la voluntad de Dios.

 Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe.» Entonces el Señor les dijo: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, podrían decirle a este sicómoro: “Desarráigate, y plántate en el mar”, y el sicómoro los obedecería. Lucas 17:5,6

Así que ¡basta ya! No dudes del Dios TODOPODEROSO. Confía en sus palabras, en sus promesas, en su voluntad. El Señor no quiere dañarnos. Él siempre quiere lo mejor para nosotros aún cuando nosotros no podamos verlo. Pero para eso tenemos la fe. Para creer aún en lo que no ve.

¿Estás listo para ver la mano de Dios en tu vida? Una vez que confiamos en Dios veremos cosas que no creíamos posibles.

Ten fe.


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jueves, 20 de noviembre de 2014

Obteniendo la Victoria sobre el miedo

El primero de una serie de 5 estudios sobre cómo obtener la Victoria en diferentes situaciones de la vida. 

Primero queremos contarte la diferencia entre “miedo” y “temor a Dios”. Miedo es una sensación intensa y desagradable que nos hace sentir en peligro y desprotegidos. Temor a Dios es el respeto y la reverencia que queremos ofrecerle al Señor.


Dicho esto, comenzamos…

¿Dónde se originó el miedo?

Cuando el primer hombre, Adán, pecó por primera vez, tuvo miedo porque sabía que había hecho algo mal. (Génesis 3:8-10 “tuve miedo…y me escondí”)

En la vida todos tenemos temores que nos hacen tomar decisiones incorrectas o nos hacen dejar de hacer cosas por “miedo” a equivocarnos, lastimarnos, lastimar a otros o simplemente por miedo a lo desconocido.

¿Cuántas veces te has arrepentido de no haber hecho algo por miedo a que te hubieras equivocado?

En la biblia se mencionan casos de hombres y mujeres que dejaron el temor a un lado y tuvieron resultados positivos. Por ejemplo:

1.     Daniel no tuvo miedo de que prohibieran adorar a Dios y aún así lo adoró porque él amó a Dios. (Daniel 6)
2.     Esteban no tuvo miedo de ser apedreado hasta morir por hablar del Señor porque amó a Dios (Hechos 9)
3.     Pablo dejó de perseguir cristianos y se convirtió un fiel seguidor y defensor del evangelio porque amó a Dios. (Hechos 10)
4.     Ester no tuvo miedo de interceder por el pueblo y oró y ayunó porque amó a Dios (Ester 4)

Y existen muchos ejemplos más de hombres y mujeres que obtuvieron la victoria sobre el miedo.

¿A qué le temés? ¿A estar solo o sola? ¿A las deudas? ¿A las burlas? ¿Al qué dirán? ¿A una persona?

Dios espera que nosotros venzamos el temor. Él nos acompaña siempre. Pidámosle con fe que nos guíe en nuestras decisiones. ¿Qué nos hace diferentes de las personas mencionadas en la biblia? ¿Crees en Dios? ¿Es el Señor tu Salvador y Protector? Si la respuesta es sí, entonces confía en Él y vence el miedo.  Si la respuesta es no: debés saber que el Señor Jesús te da la fortaleza espiritual para vencer todos tus temores y podás vivir un vida plena confiando en Él y sus promesas.

Debemos alimentar nuestra relación con Dios, escuchar su voz y leer su palabra. Leer, estudiar, meditar en la biblia. No basta con leer, debemos poner atención a su palabra, practicarla, compartirla con otros y todo nos saldrá bien.

Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. 1 Juan 4:18
Dios ES amor. Y su amor nos ayuda a no temer más. Sé una persona fuerte, valiente, segura,  confiada. Dios está con vos.


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