domingo, 1 de febrero de 2015

El diablo habla y Dios habla.

Seguimos estudiando la vida de Moisés, un hombre que decidió hacer la voluntad de Dios cuando Dios le dijo que lo iba a usar para sacar el pueblo de Israel del país de Egipto donde servían de esclavos. Cuando Moises y Aarón, su primo que le ayudaba a hablar porq Moisés era tartamudo,  iban a enfrentar a Egipto sabían que era un imperio poderoso pero Dios ya le había expresado la maravilla que iba a hacer. 

Moisés escuchó la voz de Dios en lugar de escuchar la voz del diablo que probablemente los desanimaba o le quería hacer un hombre miedoso.

Todos escuchamos dos voces en nuestra vida. ¿Cuál voz vamos a escuchar? ¿La de Dios o la del diablo? Todos escuchamos dos veces pero debemos seguir una. Moisés siguió la de Dios y tuvo grande consecuencias positivas. Sacó un pueblo entero de una tierra "poderosa". 

¿Qué pasa cuando seguimos la voz del diablo? 

Adan y Eva escucharon las dos voces pero siguieron la incorrecta y su consecuencia fue el pecado para toda la humanidad.

El mismo Jesús también escuchó las dos voces. Satanas se atrevió a tentarlo pero Jesús no le hizo caso. 

No importa la voz que sigamos siempre habrá consecuencias. Unas positivas y otras negativas. ¿Por qué escuchar la del diablo que nos trae cosas malas a nuestras vidas? Escuchemos la voz de Dios.

En Éxodo 5:1-9 Moisés enfrenta a Faraón pero él no quiere hacerle caso a Moisés, a Dios. ¿Cómo faraón iba a dejar ir la mano de obra gratis? Jehová dijo: deja ir a mi pueblo...  Dios quería liberar al pueblo de Israel. 

Faraón escuchó la voz de Jehová a través de su siervos Moisés y Aarón . Pero faraón no quiso seguir su voz y prefirió hacer lo equivocado. Faraón dijo: yo no conozco a Jehová. 

Cuando el Señor comienza a actuar podemos ver su voluntad cumpliéndose en nuestras vidas. 

Debemos preguntarnos ¿Tenemos un corazón sensible a la guía del Espíritu Santo? 

En Éxodo 8:24 en adelante Faraón propone que Israel hiciera el sacrifio en la "tierra" es decir ahí en Egipto... Pero Moisés dijo que no porque para Dios Egipto y los egipcios eran abominación. Era una trampa porque los egipcios los iban a apedrear porque odiaban las vacas y el sacrificio era con estos aniamles.

Siempre que Satanas propone algo es una trampa. No se puede ofrecer sacrificio en medio del pecado.

Como dijimos antes, escuchar la voz del diablo en el huerto del Edén trajo consecuencias para la humanidad. 

Faraón se resistió a oir la voz de Dios y lo llevó al extremo donde murieron todos los primogénitos de Egipto. 

¿Vas a escuchar la voz de Dios? ¿O vas a esperar llegar al extremo? La voz de Dios solo trae consecuencias positivas a nuestra vida. ¿Cuál voz vas a escuchar?